Negocios estables, duraderos y sin imprevistos. Es el escenario perfecto al que todo empresario desearía enfrentar. Dado que en él se producen los mayores beneficios económicos y humanos. Pero este contexto es una utopía empresarial que muy pocas compañías pueden alcanzar, al menos, en un intervalo corto de tiempo.
Existen diferentes factores que hacen que tu actividad productora experimente por diversas fases, algunas en la cresta de la ola, y otras un poco más decrecientes. Unos gastos económicos en material que debemos tener siempre presente hacen alusión a 2 tipos de activos: Activos fijos y activos circulantes.
Para poder diferenciar entre uno y otro, Antonio España, CFO de Cabify, hizo unas alusiones metafóricas a un sistema de circulación de agua, en donde los activos fijos hacen referencia al material que tienes que tener previsto en tu negocio independientemente del periodo fiscal, como las calderas, tuberías, electricidad, etc.
El capital empleado no debe ser más costoso que los ingresos
Mientras que los activos circulantes son aquel material que está constantemente fluctuando en el ambiente y del cual depende que tu negocio tenga actividad. En este caso, el agua es el elemento principal del sistema de tuberías para proveer tanto de agua fría como caliente. Es el contenido dentro del recipiente. La verdadera muestra o producto que te defina como compañía.
Extrapolado al mundo empresarial, el activo circulante es el producto que finalmente sale de tu empresa, mientras que los activos fijos es la cadena de producción elemental para que ese producto salga al mercado. Estos pueden ser material de oficina como ordenadores, personal trabajador, programas de edición, etc.
Es preciso hacer un balance del precio de estos activos fijos sobre los circulantes, y prever que ese material no resulte más costoso que los ingresos obtenidos del activo circulante para, de esta manera, obtener beneficios.
El ROCE valora la rentabilidad con respecto al capital empleado
Es aquí donde entra un concepto llamado ROCE, cuyas siglas en inglés son Return On Capital Employed, con una traducción al español aproximada de Retorno Sobre el Capital Empleado. Los beneficios nunca existirán si hay más gastos que ingresos, y es importante justificar a los fondos de inversión el porqué tus gastos serán menores, sabiendo utilizar correctamente el capital económico del que te proveen. Con él se valora la rentabilidad teniendo en cuenta el capital empleado, por lo tanto, se calcula tu capacidad como empresa para generar beneficios
La diferencia con el ROE (Return on Equity, en español Retorno sobre el Capital) es que este mismo calcula la capacidad de una compañía de generar beneficios con respecto a sus propios recursos, por lo que en este último la deuda no se contempla, por lo que el ROCE se ha de tener muy presente.
Y, con ello, tienes que tener muy presente tantos tus activos fijos como tus activos circulantes para, de esta manera, cumplir las cláusulas de los contratos que los fondos de inversión te exigen. Las empresas funcionan como un columpio, es un balanceo constante que de movimiento y, al mismo tiempo, no te hagas caerte. De nosotros depende poder manejar con estabilidad ese columpio y poder seguir moviéndonos, siempre entendiendo sus límites y posibilidades.