Una empresa no puede prosperar ni evolucionar si no se mantiene un buen clima de trabajo en ella. Más allá de agentes atmosféricos, el factor humano resalta por encima de todo. Y en él imperan muchos factores: compañeros, jefes, posición en la compañía, confianza, etc.

Dentro de la evaluación en el contexto empresarial, se sabe de sobra que Málaga reúne “muchos ingredientes”, tal y como señaló nuestro invitado de enero Álvaro Martínez Ortega, para poder convertirse en un lugar ideal de trabajo. Su empresa, Great Place to Work, tiene la llave para determinar el futuro de nuestra ciudad.

Málaga reúne «todos los ingredientes» para ser un lugar ideal de trabajo

Presente en más de 97 países, el director regional de Great Place to Work explicó los métodos que tienen a la hora de poder evaluar a las empresas, así como de ayudarlas. Puesto que no solo verifican la calidad de las mismas, sino que actúan como consultoría, proporcionando a empresas ejemplos de casos de éxito dentro de sus investigaciones, explicando el cómo y cuándo pudieran implantar dichos cambios que los llevaron a ser un sitio con certificado de Great Place to Work.

En este sentido, la compañía prioriza un elemento indispensable para obtener un análisis general: Los trabajadores. Ellos son el alma de la empresa, los engranajes que permiten que el reloj gire a la velocidad estimada, analizándoles su interactuación dentro de la empresa bajo 3 puntos de vista: Su relación con los líderes, la marca y los compañeros.

Se utilizan medidores específicos para poder gestionar estos 3 puntos, como pueden ser la fiabilidad en el cumplimiento de promesas, favoritismos, reconocimientos, innovación en las gestiones, la adaptación y miles de factores que hacen a una empresa un lugar de confianza y seguridad.

El talento debe asentarse en base a un proyecto regional

Más específicamente, los líderes naturales son punto de enlace que permiten que los trabajadores puedan estar en armonía. Un factor muy importante que no se tiene muy en cuenta a la hora de planificar la organización en la oficina. Son el nexo entre empresa y trabajadores, expresándose voluntariamente, sin forzar nada, porque tienen galones innatos de comunicación en grupos, y muchas veces no los cuidan como es debido. Es “una barrera oculta”, en palabras de Álvaro Martínez, no saber ni descubrirlos ni tratar su posición como es debido. Es cuestión de incentivar al resto, ser escuchado y sentir que tu trabajo es útil.

Es por esto que la empresa, si bien con unas infraestructuras estables e innovadoras fluye más rápido, nunca podrá triunfar sin un entorno humano sin ataduras y total apoyo por parte de los superiores. Estos deben saber ver y evaluar donde deben encajar exactamente todos y cada uno de sus trabajadores, a los que deben ser constantes en su atención, que será recompensada con una persona motivada. Lo que incrementa la capacidad de producción, sumando a crecer todos juntos, en una idea cohesionada de sentimiento de pertenencia a la marca.

La atracción de talento debe asentarse en base a un proyecto regional, incentivando a los profesionales de la tierra, que son los sucesores de la idiosincrasia y el saber hacer de un territorio, y Málaga debe estar a la vanguardia de estos proyectos. La innovación se hace desde dentro, para proyectarla al exterior.